Para
honrar su memoria voy a tomar algunos pasajes de comentarios escritos por otros autores
anónimos y por tanto deseo dejar constancia de mi agradecimiento a ellos aunque
no sepa quienes son.
Estoy
seguro que hay quienes se preguntan porque hago referencia a este amargo y
odioso episodio de la historia cuando el mismo sucedió hace tanto tiempo y ha
sido ventilado de mil formas y por múltiples autores a lo largo del tiempo. Es posible,
pero yo creo que hay tres razones importantes para no olvidar este gesto.
Primero,
porque después de todo ayer, 2 de Febrero del 2012, se conmemoro el 70
aniversario de un gesto que sin lugar a dudas fue heroico. Un momento en el que
una serie de personas entregaron sus vidas por sus semejantes y por la verdad.
Porque aquello que recordamos hace que seamos lo que somos; porque querámoslo o
no, nos hacen ser la persona que desearíamos ser.
Segundo,
por supuesto, porque a lo largo de la historia hay luces, grandes faros en los
mares oscuros del tiempo, que destellan como ejemplos de lo que significa ser
humano. Esos ejemplos son frecuentemente considerados como “no exitosos” por un
mundo de triunfadores. En la mayoría de casos estas personas entregan sus
vidas, de una forma u otra, calladamente o a veces con una mínima notoriedad
pero casi siempre defendiendo los designios de su conciencia. A veces inclusive estas personas mueren
innoblemente flanqueados a la derecha y a la izquierda por ladrones comunes.
En
estos tiempos nuestro pensamiento y expectativas se han vuelto tan bajos y perversos
que si la Madre Teresa y Dorothy Day hubieran abandonado su maravilloso trabajo
con los pobres y los moribundos para convertirse en artistas de Hollywood,
seguramente diríamos muy sueltos de huesos;
ay bueno pues, ellas son simplemente humanas.
Porque hoy a muchos les
cuesta trabajo entender que Sophie Scholl no hubiera rechazado su llamado por
el bienestar social y su conciencia y en su lugar aspirado a ser la novia de un
banquero rico y a vivir extravagantemente de la miseria de trabajadores reducidos
a la condición de esclavos. Porque, lamentablemente, esa egoísta y superficial elección
se ha convertido en una especie de epitome y lo que hoy da sentido a nuestras
vidas.
En tercer
lugar, porque hay una gran cantidad de evidencia conceptual y consejos en los
panfletos contra el Nazismo que escribió y publico Sophie Scholl que pueden
aplicarse a nuestro mundo hoy aunque deseemos creer y confiar en que todavía es
muy pronto para temer nada y que la realidad es todavía inocente.
Mas
aun, porque si pensamos que estas cosas no pueden volver a suceder en un mundo
de personas libres y educadas como el de hoy, entonces estamos viviendo en la
mas arrogante de las ilusiones; el “excepcionalismo”.
Para
finalizar los dejo con algunas palabras de este monumental ser humano que a la
edad de solo 22 anos asumió el sacrificio de su vida con el orgullo, la
compostura y la entereza que normalmente
solo se encuentra en las almas añejas y sabias.
“El
verdadero daño lo hacen aquellos millones de personas que solo quieren vivir
tranquilos. La gente común y corriente que solo desean que los dejen en paz.
Aquellos que no quieren que sus vidas sean perturbadas por nada mas grande que
ellos mismos. Aquellos que no toman partido ni tienen causas. Aquellos que no están
dispuestos a medir su fuerza por miedo de ser antagónicos con sus propias
debilidades. Aquellos que no les gusta hacer olas – o enemigos.
Aquellos
para quienes la libertad, el honor, la verdad y los principios son solo literatura.
Aquellos que viven vidas pequeñas, amores pequeños y muertes pequeñas. Los que
tienen una actitud “reduccionista” hacia la vida: Si mantienes todo pequeño entonces
puedes mantener control sobre todo. Si no haces ruido, el “cuco” no te va a
encontrar.
Pero
todo es una ilusión, porque ellos también mueren. Personas que enrollan sus espíritus
para convertirlos en pequeñas bolas que sean seguras y estén protegidas. Protegidas
de que? La vida esta siempre al borde de la muerte; las avenidas estrechas
llevan al mismo sitio que las avenidas anchas y una pequeña vela arde de la
misma manera que una gran antorcha.
Yo
escojo mi propia forma de arder.”
Sophie
Scholl
Referencias:
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