Solo nos
queda comentar sobre los protagonistas de toda campana electoral; esto es,
sobre los candidatos a la Presidencia de la República.
No con
animo de segregar o menospreciar a los candidatos denominados menores por su
reducido arraigo electoral, y, reconociendo que algunos de estos candidatos han
aportado durante la campana ideas interesantes que convendría analizar con
mayor detenimiento, voy a limitar el presente comentario y análisis a los
candidatos que se estima representan la preferencia de la mayoría de
electores.
Los
cinco candidatos con mayor arraigo electoral representan básicamente dos claras
tendencias políticas; una de ellas de corte liberal o progresista y la otra de
corte básicamente conservador.
Ninguna
de estas tendenciaspolíticas sin embargo están basadas en el aglutinamiento de
electores alrededor de un pensamiento ideológico definido. Por el contrario,
tanto los liberales como los conservadores están compuestos por diversas
tonalidades de todo tipo de ideologías, tendencias, simpatías y dogmas
políticos e inclusive revanchismos, intereses, idealismos, ilusiones y
frustraciones.
La
diferencia sustantiva entre ambas tendencias no es pues la convicción, sentido
de urgencia y sensibilidad con respecto a la necesidad de eliminar el
flagelo de la miseria en el Perú y construir una sociedad donde la riqueza este
mas proporcionalmente distribuida. Todos los candidatos coinciden en que esto
es un imperativo político ineludible y la diferencia entre ellos se limita a la
estrategia que cada quien pretende seguir para lograr dicho objetivo.
La gran
diferencia entre las dos tendencias es algo mucho mas sustantivo y
ciertamente mas trascendente que la ejecución de una estrategia contra la
miseria y la distribución de la riqueza aun asumiendo que la obsecuencia y
fascinación por los dogmas ideológicos pueden hacer aparecer estas diferencias
como irreconciliables. La gran
diferencia entre las dos tendencias es la absolutamente incompatible concepción
que tiene cada una de ellas sobre lo que es la Democracia.
En un
lado se encuentran tres candidatos que representan diferentes tonalidades de
conservadorismo pero que están comprometidos con el concepto de democracia
constitucional republicana vigente en el Perú y en la gran mayoría de países
Americanos.
Por
otro lado se encuentran un candidato con abierta simpatía por una democracia
autoritaria de corte Macchiavellico en el que las circunstancias justifican las
violaciones constitucionales. Acompaña a este representante del autoritarismo
democrático otro candidato que igualmente profesa una abierta simpatía por lo
que maliciosamente define como “una verdadera democracia” y que no es otra cosa
que una democracia popular. Sistema de gobierno que es el favorito de todo tipo
de caudillos, dictadores, autócratas y gobiernos totalitarios porque promueve
el gobernar por iniciativas sometidas a consulta popular aunque estas vulneren
los derechos adquiridos y/o constitucionales así como la libertad individual de
los ciudadanos . Iniciativas electorales que justifican la violación de
derechos con la excusa anti-democrática y falsa de que en una Democracia
la mayoría manda.
En una
Democracia la mayoría elige al presidente pero en el instante que este es
electo se convierte en presidente de la mayoría y de las minorías y esta
obligado a defender los derechos y la libertad individual de ambos. Las
mayorías no pueden decidir vulnerar los derechos y/o la libertad de las
minorías porque eso seria anti-democrático y contradictorio con el objeto y la
razón de existir de la democracia; esto es, proteger y garantizar la libertad
individual de las personas.
Estas,
insistimos, maliciosamente denominadas “verdaderas democracias” promueven y
fomentan igualmente el concepto de “libertad colectiva” y censuran el de
“libertad individual” así como promueven todo tipo de organizaciones
disfrazadas con nombres inclusivos y altruistas como “organizaciones sociales”,
“organizaciones de base”, “el pueblo organizado”, etc. que tienen por objeto
aglutinar a la población en organizaciones controlables y manejables (corrales
ideológicos) amen de destruir el concepto de individualidad.
Las
democracias populares promueven el colectivismo y el clientelismo y censuran el
individualismo convirtiendo a los ciudadanos a una suerte de esclavos modernos
del Estado y de quienes detenten el poder.
Si
queremos ser imparciales debemos reconocer que las posiciones mas extremas del
conservadurismo también vulneran la libertad individual de los ciudadanos
aunque para ello utilicen elementos e instrumentos mas sofisticados que los
usados por los liberales mas extremos. Ambas alternativas son malas pero lo
cierto es que mientras exista libertad individual existe la posibilidad de
cambiar mientras que cuando se atenta y/o vulnera la libertad individual solo
existe sometimiento y autoritarismo e incapacidad de cambiar.
Esas
son las tendencias que están representadas en esta elección y va ser interesante
averiguar que es lo que elige el pueblo peruano sobre todo tomando en cuenta
que ni el Estado ni los partidos políticos han hecho nunca esfuerzo alguno por
educar al pueblo peruano sobre que es la democracia.
No voy
a pronunciarme sobre las fortalezas y debilidades de cada candidato hasta
después de la elección porque el objeto de estos comentarios no es promover a
uno u otro candidato sino simplemente analizar el proceso desde una perspectiva
democrática.
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