lunes, noviembre 05, 2007

"GONGOS": CUANDO LOS LOBOS SE DISFRAZAN DE OVEJA

Con el advenimiento de la democracia en Latinoamérica han empezado a proliferar una serie de entes o entidades que aprovechan la libertad que la democracia promueve y propugna para sabotear, desestabilizar e inclusive destruir a esas mismas democracias.

En el articulo que a continuación transcribo, Moisés Naim , Editor de la prestigiosa revista Americana Foreign Policy , explica en forma realmente elocuente y transparente – ¿Que es un Gongo? – y como algunos de estos son en realidad “Lobos disfrazados de oveja”.

En su artículo, Moisés Naim explica igualmente la urgente necesidad que tiene la comunidad internacional de contar con algún sistema basado en información absolutamente transparente que permita separar el trigo de la paja cuando de “gongos” se trate.

Los dejo pues con este interesante articulo que ciertamente tiene gran actualidad y que fuera publicado en la edición Mayo/Junio de Foreign Policy.

¿QUE ES UN GONGO?

Por Moisés Naim
Mayo/ Junio 2007


Como ciertos grupos auspiciados por los gobiernos se disfrazan de organizaciones civiles.

La Federación para Asuntos de la Mujer de Myanmar - Birmania - es un “gongo”. También lo es “Nashi”, un grupo de juventudes Ruso, y la Organización de Derechos Humanos Sudanés. La Organización de Ayuda Internacional Islámica de Arabia Saudita es igualmente un “gongo” como lo es también “Chongryon”, La Asociación de Residentes Coreanos en Japón. Los “gongos” están en todas partes; en China, Cuba, Francia, Túnez e inclusive en los Estados Unidos.

Continuación...

“Gongos”, en Ingles, es un termino para referirse a las Organizaciones Gubernamentales, No Gubernamentales (OGNGs). Detrás de esta contradicción que mas parece un trabalenguas, se encuentra una importante y creciente tendencia global que requiere de un mayor escrutinio; el financiamiento y control gubernamental, muchas veces en forma camuflada, de las llamadas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs).

Algunos “gongos” son benignos y otros inclusive irrelevantes, pero muchos, incluyendo los arriba mencionados, son peligrosos. Algunos actúan como órganos abusivos de gobiernos represivos. Otros usan el sistema democrático para destruir la democracia en sus países.

En el exterior, los “gongos” de regímenes represivos cabildean en las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales, a menudo haciéndose pasar por representantes de grupos de ciudadanos que persiguen fines altruistas, cuando, en realidad, son agentes del gobierno que los financia. Algunos gobiernos penetran a través de “gongos” al interior mismo de las sociedades en otros países para usarlos en la promoción de sus propios intereses en el exterior.

Ese es, por ejemplo, el caso de “Chongryon”, un vasto grupo de asociaciones civiles incondicionales al gobierno de Corea del Norte que es muy activo en Japón. Es mas, esta organización es de hecho el representante no oficial del régimen Norcoreano en dicho país.

Las autoridades Japonesas han acusado a una serie de las asociaciones que lo componen de contrabando de tecnología militar, trafico de productos farmacéuticos y de transferir subrepticiamente cientos de millones de dólares fuera del país así como de orquestar una masiva campana propagandística en favor de Pyongyang.

Durante décadas grupos de “asociaciones civiles” basados en una serie de países han defendido en forma estridente el historial de Cuba en materia de derechos humanos ante las Naciones Unidas y logrado suavizar las resoluciones de esta institución sobre casos, ampliamente documentados, de violación a los derechos humanos en dicho país.

Los Círculos Bolivarianos, conformados por grupos de ciudadanos que apoyan al Presidente de Venezuela Hugo Chávez, están apareciendo por todas partes en Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá. Por supuesto, no hay que ser un adivino para imaginar como se financian estos grupos.

Irán, Arabia Saudita y otros gobiernos ricos en el Medio Oriente también son conocidos por su generosidad y, muchas veces, por ser benefactores exclusivos de algunas ONGs que promueven su agenda religiosa en el mundo.

Pero los “gongos” más peligrosos no son los internacionales sino más bien aquellos de origen nativo o domestico. Estos “gongos” se han convertido en la herramienta preferida y predilecta de los gobiernos no democráticos para manejar su política interna bajo la apariencia de ser democráticos.

En muchos países de lo que fue la Unión de Republicas Socialistas Sovieticas (URSS) organizaciones no gubernamentales (ONGs) auspiciadas por el gobierno están asfixiando y empantanando los reclamos e inquietudes de la sociedad civil legitima.

En Kirgizstan por ejemplo, la Asociación de Organizaciones No Comerciales y No Gubernamentales fue un entusiasta promotor del Presidente Askar Akayev, quien ya no ocupa el cargo. En el ano 2004 esta organización promovió una petición a nivel nacional solicitando a dicho Presidente, que detentaba el poder desde el ano 1991, para que volviera a ser candidato a la presidencia.

De la misma manera, la Federación para Asuntos de la Mujer de Myanmar - Birmania, se caracteriza por ser el más duro crítico de Aung San Suu Kyi, ganadora del Premio Nóbel de la Paz y líder de la oposición que ha pasado la mayoría de los últimos 18 anos bajo arresto domiciliario. La Federación es dirigida y manejada por las esposas de los principales generales que componen la junta militar de dicho país.

Los gobiernos democráticos también tienen sus propios “gongos”. El “Fondo para la Democracia” (“National Endowment for Democracy”) NED es una organización privada creada en 1983 para fortalecer, a través de la promoción de iniciativas no gubernamentales, las instituciones democráticas alrededor del mundo. Es un “gongo” financiado por el gobierno de los Estados Unidos y, por ello, en una serie de países recibir dinero del NED es considerado un delito.

El gobierno del Presidente Vladimir Putin ha denunciado que el financiamiento extranjero de iniciativas de reforma política que realizan grupos como el NED son subversivas y atentan contra Rusia. Un diario Chino ha calificado el financiamiento de la promoción de la democracia que realiza Estados Unidos como “interesado, coercitivo e inmoral”.

En aras de la transparencia, considero importante mencionar que yo soy miembro del Directorio del NED. Yo, por lo tanto, no estoy de acuerdo con la apreciación en el sentido de que las actividades del NED son delictivas, inmorales o que la organización es un instrumento de la Casa Blanca. Sus programas, decisiones, fuentes de ingresos y gastos son absolutamente transparentes y sus Directores, que sirven en condición ad-honoren, son totalmente independientes. Pero; ¿porque me van a creer a mi?

Lo ideal seria que existiera una fuente independiente y creíble que ayude a decidir si el NED u otros “gongos” respaldados, digamos, por los gobiernos de Canadá u Holanda pertenecen a la misma categoría que “Chogryon” o “Nashi”.

El mundo necesita un sistema que permita calificar a las ONGs y brinde a la sociedad civil el mismo servicio que las calificadoras de riesgo independientes brindan al sistema financiero internacional. Las calificadoras de riesgo juegan un papel indispensable facilitando los prestamos y créditos que en forma masiva se realizan todos los días al proveer a los inversionistas información confiable sobre la situación financiera de las empresas, agencias gubernamentales e individuos.

La evaluación independiente y fiable de los sujetos de crédito permite que las grandes transacciones se realicen en forma más rápida y económica. Al final, la decisión depende de cada prestamista individual pero las transacciones en el mercado se realizan bajo condiciones de total transparencia que impiden que una empresa que tiene un historial de cumplir con sus pagos oportuna y cabalmente vaya a ser confundida con otra que paga a sus deudores solo bajo mandato judicial.

Un sistema similar de instituciones podría proveer información precisa sobre quienes son los que financian, el grado de independencia, los objetivos y la trayectoria de las diferentes ONGs. La globalización y la efectividad de las ONGs podría sufrir significativamente si no se encuentran formulas viables y fiables para distinguir a las organizaciones que representan realmente a las sociedades civiles y democráticas de las que son instrumentos de gobiernos incivilizados y no democráticos. Estas instituciones a su vez ayudarían a los donantes y a los ciudadanos a decidir en que y en quien confiar. Por supuesto, también haría más difícil el accionar de los “gongos” que tienen malas intenciones.


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