Hace
unos meses, en anticipación al veredicto de la "Corte Internacional de La
Haya" sobre los limites marítimos entre Perú y Chile, una persona amiga me
solicito que escribiera un resumen sobre las implicancias de este trascendental
suceso.
Hace
unos días, mientras leía un articulo editorial de El Comercio sobre la
"Alianza del Pacifico" y el extraño así como preocupante
pronunciamiento del Canciller chileno sugiriendo incorporar a los países del
"Mercosur" a esta alianza decidí editar el resumen que escribí en
Enero eliminando las referencias al litigio de La Haya y concentrándome en los
argumentos referidos a los antecedentes Geopolíticos que rodean el nacimiento
de la Alianza del Pacifico.
Mas
importante aun, explicando los intereses que están en juego y los protagonistas
de este verdadero enfrentamiento Geopolítico que viene desarrollándose en
nuestra región.
ENTORNO
GEOPOLITICO
En la
descripción del entorno geopolítico vamos a tratar de ser lo mas directos
posibles y a solicitar la indulgencia del lector permitiéndonos presentar
algunas consideraciones y/o conclusiones como hechos irrebatibles no obstante
no presentar, debido a las limitaciones de espacio y tiempo, el análisis
correspondiente en el que se sustentan las mismas.
De tal
manera empezaremos por asegurar que el Perú en la actualidad se encuentra en
el centro de una pugna geopolítica creciente entre los dos países mas grandes y
dominantes de las Américas; esto es, entre los Estados Unidos de América y la
Republica Federativa de Brasil.
Tradicionalmente
Estados Unidos ha considerado a Latinoamérica como su área de “interés” geopolítico y su
política exterior estuvo orientada a ejercer influencia en temas relacionados
y/o que pudieran afectar la seguridad de dicho país ya sea a nivel energético,
trafico de estupefacientes y seguridad interna. La influencia de Estados Unidos
en la región también se dejo notar en las constantes solicitudes de apoyo a las
iniciativas de dicho país en los organismos internacionales y mas concretamente
en las Naciones Unidas.
Por su
parte Brasil priorizo como área de interés a los países del continente Africano
y del Medio Oriente con quienes estableció creciente lazos comerciales.
El caso
es que la política exterior tanto de Estados Unidos como de Brasil ha sido fiel
a los principios básicos de la geopolítica en donde los países se organizan
alrededor de un área central de cohesión y luego se expanden para favorecer sus
intereses trasladando la riqueza desde la periferia hacia el centro.
Este
comportamiento natural de los grandes países y su constante asimilación de
países periféricos originalmente implico el control y administración de los
territorios de dichos países y el despliegue de fuerzas militares para
conquistar, controlar y proteger dicha asimilación. Una estrategia que dio
lugar al surgimiento de imperios de dimensión mundial y también al desarrollo
de la “geopolítica” como disciplina académica.
En
esencia pues la necesidad de crecer de los grandes países, independientemente
de su estructura y/o ideología política, es un imperativo geopolítico de
carácter “imperialista”. Como quiera que la ocupación física de los territorios
asimilados ha probado ser una opción sumamente costosa y, según nos ha ensenado
la historia, la causa principal de que los grandes imperios desaparecieran, la
ocupación geográfica como estrategia de crecimiento ha sido sustituida por la
de la “dependencia económica”.
En las
ultimas dos décadas Estados Unidos priorizo sus objetivos geopolíticos en el
Medio Oriente y África. Ello por un lado afecto la influencia e intereses de
Brasil en dicha área, particularmente en Libia, y por otro lado creo un vacío
geopolítico en Latinoamérica que Brasil se vio tentado a aprovechar.
Los
grandes países siempre utilizan discursos atractivos para favorecer la asimilación
económica de otros países. En el caso de los Estados Unidos el discurso se
centra alrededor del fomento de la democracia y la promoción de la libertad. En
el caso de Brasil el discurso es la integración y unión de los países hermanos
de Latinoamérica.
Ambos
son simplemente argumentos emocionalmente atractivos pero la motivación real es
estrictamente económica y basada en el principio de captar y trasladar la
riqueza de la periferia o área de influencia hacia el centro o “zona de cohesión”.
Durante
el tiempo que Estados Unidos estuvo entretenido en el Medio Oriente y África,
Luiz Inácio “Lula” da Silva es elegido presidente del Brasil y dicho país
modifica su tradicional política exterior priorizando su relación con los países
Sudamericanos.
Este cambio
de política exterior parecería intrascendente de no ser porque el mismo tiene
un objetivo concreto. Este es; neutralizar la influencia de Estados Unidos en
la región y convertir a los países sudamericanos en la zona de “influencia” e
inclusive en zona de “protectorado” geopolítico de Brasil.
Para
alcanzar este objetivo se concreto la colaboración del Foro de Sao Paulo como
agente ideológico promotor de una falsa integración Sudamericana. Organización a
la que se encargo fomentar la ilusión de un estereotipo integracionista
controlado y administrado ideológicamente desde y al servicio de Brasil.
El
Foro de Sao Paulo es un foro de partidos y grupos
de izquierda latinoamericanos, fundado por el Partido de los Trabajadores de Brasil
en la ciudad de São Paulo en 1990.
De
acuerdo con sus fundadores, el Foro fue constituido para reunir esfuerzos de
los partidos y movimientos de izquierda, para debatir sobre el escenario
internacional después de la caída del Muro de Berlín y las consecuencias del neoliberalismo
en los países de Latinoamérica y el Caribe.
En el
momento de su fundación en 1990 el único miembro que ejercía el poder ejecutivo
en un país soberano era el Partido Comunista de Cuba.
Veinte
años después la mayoría de sus miembros accederían mediante las urnas a ejercer
el gobierno en distintos países o formarían parte de coaliciones oficialistas.
Otros llegarían a ser primera fuerza de oposición y en mas de un caso los
políticos de izquierda electos se las ingeniarían para perennizarse en el
poder.
La
elección por medios democráticos de Hugo Chávez en 1998 en Venezuela representó
la llegada al poder del primer gobierno de izquierda en muchas décadas en
Latinoamérica y el primer gobierno de un partido miembro del Foro de Sao Paulo
(el entonces MVR futuro PSUV) después de Cuba.
Le
siguió en el 2002 el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva del Partido de los
Trabajadores en Brasil, luego, en el 2004, Tabaré Vázquez del Frente Amplio en
Uruguay, Evo Morales, en el 2005, por el Movimiento al Socialismo en Bolivia y
Michelle Bachelet del Partido Socialista de Chile, Rafael Correa por la Alianza
PAIS en Ecuador y Daniel Ortega por el Frente Sandinista de Liberación Nacional
de Nicaragua en el 2006.
En el
2008 Fernando Lugo de la Alianza Patriótica para el Cambio (hoy Frente Guasú)
es electo presidente de Paraguay; alianza a la cual pertenecen varios miembros
del Foro de Sao Paulo en Paraguay. Posteriormente, en el 2009, son elegidos
José Mujica del Frente Amplio en Uruguay y Mauricio Funes del Frente Farabundo
Martí de Liberación Nacional en El Salvador. Dilma Rousseff del Partido de los
Trabajadores es elegida presidente de Brasil en el 2010, Ollanta Humala por el
Partido Nacionalista de Perú en el 2011 y Nicolás Maduro del Partido Socialista
Unido de Venezuela en el 2013.
También
hay miembros del Foro de Sao Paolo, como es el caso del Partido Comunista de
Argentina Congreso Extraordinario, que han formado parte de las coaliciones
gubernamentales que respaldaron la candidatura y eventual gobierno tanto de
Néstor Kirchner como de su sucesora y esposa Cristina Fernández en Argentina.
LA ESTRATEGIA
GEOPOLITICA DE BRASIL
A
partir de las condiciones señaladas en el entorno geopolítico de la región
Sudamericana “Itamaraty”, tal vez la mas profesional y eficiente institución
diplomática en la región, desarrolla la estrategia geopolítica que deberá
seguir Brasil para alcanzar sus objetivos geopolíticos y que empieza por alcanzar
un primer objetivo fundamental. Esto es, neutralizar la influencia de Argentina
en la región e incorporar a los países del Sur del continente y particularmente
a la Argentina al área de influencia y eventualmente inclusive al área de
protectorado de Brasil. Esto se logra creando el Mercosur e incorporando a
Paraguay y Uruguay a dicho convenio.
Conviene
mencionar que Brasil no necesitaba incluir a Paraguay y Uruguay para atraer a
la Argentina hacia su área de influencia; de hecho dada la magnitud de la
economía brasilera, la suscripción de un acuerdo de libre comercio con
Argentina hubiera bastado para construir gradualmente la dependencia Argentina.
Con la creación del Mercosur y la inclusión de Paraguay y Uruguay sin embargo,
Brasil aspira no solo a incorporar a esos países a su área de influencia sino
también a crear las condiciones para tener cierto nivel de capacidad
administrativa a nivel económico sobre dichos países y con ello incorporar
formalmente a los mismos a su zona de protectorado donde, por supuesto, su
influencia y beneficio será mayor.
Hoy
día, gracias a la estrategia diseñada por “Itamaraty” y debemos mencionar, a la
ingenua colaboración de los últimos gobiernos argentinos, Brasil a logrado
neutralizar económicamente y políticamente a la Argentina y la ha incorporado
de hecho, conjuntamente con Paraguay y Uruguay, a su zona de influencia.
Con la
elección de gobiernos afines al protocolo de Sao paulo Brasil ha logrado no
solo ejercer una considerable influencia administrativa a nivel económico en
dichos países sino también una importante influencia política a través del Foro
de Sao Paulo.
Los
cambios en las condiciones políticas que han sucedido en Paraguay han
introducido tensiones en esta relación pero lo cierto es que Paraguay no tiene
la masa critica como para desafiliarse del acuerdo comercial.
Realmente
la estrategia geopolítica seguida por Brasil no es novedosa. La misma
estrategia ha sido aplicada por los Estados Unidos en el norte del continente
al crear y consolidar el acuerdo comercial denominado NAFTA con Canadá y
México.
El
segundo paso en la estrategia brasilera ha sido crear las condiciones para
incorporar los países Sudamericanos que comparten la cuenca del Océano
Pacifico.
Alcanzar
este objetivo sin embargo no ha resultado una tarea tan fácil y lo que es mas,
ha puesto a prueba la paciencia brasilera y lo que es mas importante, puesto de
manifiesto la falta de experiencia diplomática de Brasil en estas artes al
permitir que se note la manifiesta falta de escrúpulos en la que se basa su estrategia
geopolítica.
Por
cierto, el accionar de Brasil para incorporar los demás países Sudamericanos a
su área de influencia ha originado una reacción por parte de los Estados Unidos
y es así que hoy nos encontramos precisamente en el medio de una conflagración
geopolítica.
Para
que Brasil tenga alguna oportunidad de incorporar a los países del Pacifico
Sudamericano a su área de influencia y aspirar a consolidar esta asimilación es
indispensable que primero incorpore a Colombia y luego al Perú.
Por la
extensión de sus territorios, el tamaño de su población, sus riquezas naturales
y la magnitud de sus economías, Colombia y Perú si tienen la masa critica que
les permitiría juntarse y mantenerse como una alternativa geopolítica
independiente y económicamente viable.
Desde
el 2000 al 2006 se suceden en el Perú una serie de Presidentes que no
pertenecen a partidos de izquierda y/o que son miembros del Foro de Sao Paulo y
por tanto, aunque las relaciones del Perú con Brasil son estrechas, la influencia
de Brasil en el Perú es limitada.
Entre
en 2002 y el 2010 Colombia tiene igualmente un presidente conservador
representando a un Frente en donde ninguna fuerza política esta afiliada al
Foro de Sao Paulo. Como en el caso del Perú, las relaciones de Brasil con
Colombia son estrechas pero ciertamente no de sometimiento.
Esto
representa un impedimento para las aspiraciones geopolíticas brasileras ya que,
a diferencia de la servil actitud de los gobiernos afines al Foro de Sao Paulo,
Colombia y Perú no están dispuestos a ser incorporados al área de influencia
Brasilera y ciertamente no están dispuestos a permitir ser asimilados en el
área de protectorado de dicho país ni de ningún otro.
Por el
contrario, Colombia y Perú vienen promoviendo desde sus inicios un acuerdo
comercial sub-regional, el Pacto Andino, que garantice su independencia
económica y política de forma de no constituirse en área de influencia de
ningún país.
Las
condiciones políticas sin embargo favorecen a Brasil ya que el Foro de Sao
Paulo cuenta con gobiernos afines en Venezuela, Ecuador e inclusive Chile.
La
estrategia de Brasil se concentra pues en vulnerar y/o debilitar a Colombia
para forzarla a incorporarse al área de influencia Brasilera.
Como
quiera que Brasil contaba con un aliado ingenuo e incondicional en Venezuela,
este decide multiplicar exponencialmente su influencia económica en Venezuela
siguiendo la misma estrategia que aplicara exitosamente en África.
Esto
es, no precisamente incrementando la ayuda económica y técnica a estos países,
como acostumbra hacer Estados Unidos para alcanzar los mismos objetivos, sino enviando
a sus empresas para que se constituyan en contratistas del desarrollo del país
que les interesa.
El
sistema es bastante sencillo y además muy rentable. Las grandes empresas
brasileras, particularmente constructoras, se desplazan al país en el que esta
interesado Brasil y aportan su tecnología y experiencia para realizar las
grandes obras de infraestructura que requiere dicho país.
Estas
obras son financiadas inicialmente por recursos financieros internos. Eventualmente,
cuando estos se agotan y no se puede cubrir los sobrecostos típicos de estas
obras, Brasil ofrece créditos blandos de gobierno a gobierno para saldar las
cuentas pendientes con las empresas brasileras operando en el país. Por
supuesto, a cambio de esos créditos, Brasil consigue ventajas y concesiones que
favorezcan económicamente y estratégicamente a Brasil.
Estas
concesiones normalmente son en industrias y/o sectores con solido futuro
económico como denuncios mineros y/o petroleros, como los que ha conseguido
Brasil de Venezuela o en macro proyectos energéticos que alimenten de energía a
Brasil como los propuestos al Perú.
El caso
es que con esta estrategia las empresas brasileras literalmente capturan el
desarrollo de los países que Brasil busca incorporar a su área de influencia.
En el camino, también absorben los recursos de inversión internos del país,
obtienen grandes utilidades y favorecen los intereses estratégico de Brasil,
que ha garantizado el beneficio económico a sus empresas a través del
compromiso de conceder créditos favorables gobierno a gobierno para que los
compromisos económicos de los países con las empresas brasileras estén
garantizados.
Esta
estrategia no solo es muy efectiva geopolíticamente y rentable para las
empresas brasileras sino que además genera una especie de cultura de la
mediocridad técnica. Esto porque las empresas brasileras, al tener garantizado
su rendimiento económico y sentirse protegidas por la gestión geopolítica de
Brasil no se esfuerzan por realizar obras que cumplan con los estándares
internacionales de calidad. Esto es aparente a la luz de los múltiples
reclamos, algunos judiciales, que en este sentido se vienen ventilando en
Venezuela, Ecuador, Bolivia e inclusive en el Perú.
Inicialmente
Brasil es cuidadoso en adoptar una estrategia diplomática moderada. Suponemos
que ello se debe a la necesidad de no ser geopolíticamente obvios así como de
auscultar si su acercamiento hacia Venezuela podría generar como reacción un
acercamiento de Colombia hacia Brasil.
Estamos
convencidos por lo demás, que lo mas probable es que “Itamaraty” también
necesito tiempo para familiarizarse con el nada ortodoxo y tropical estilo
diplomático y político del controversial presidente Venezolano de la época.
Sin
embargo, cuando Brasil se da cuenta que Colombia no va a sucumbir servilmente a
sus exigencias geopolíticas este adopta la estrategia de potenciar
exponencialmente su participación en la economía venezolana y apoyar
incondicionalmente las extravagancias políticas de Hugo Chávez para utilizar al
mismo como instrumento de su estrategia geopolítica.
La
presencia económica y política de Brasil en Venezuela le permite ejercer una
poderosa influencia en las decisiones políticas Venezolanas y utilizar a ese
país para conseguir sus propios objetivos geopolíticos.
La
alternativa de desestabilizar a Colombia para forzarla a asimilarse al área de
influencia Brasilera no era nueva. De hecho hacia tiempo que Brasil consentía
que la FARC fuera miembro asociado del Foro de Sao Paulo no obstante que había
sido catalogada como una organización terrorista por mas de 30 países en el
mundo así como por la Comunidad Económica Europea.
Es mas,
el 27 de Mayo de 1996, el Jefe de las FARC, alias 'Raúl Reyes' participó en
representación del Secretariado de las FARC en el sexto encuentro del Foro de
Sao Paulo. En esa ocasión Reyes leyó un mensaje a los participantes del
comandante de las FARC, alias 'Manuel Marulanda.
No es
hasta el 2006 sin embargo que el Foro decide separar a la FARC de su
organización y esto coincide con la reelección del Presidente Álvaro Uribe en
Colombia. Esto marca un cambio operativo en la estrategia geopolítica de Brasil
quien a partir de entonces se siente cómodo, aunque ello implique desnudar los
aspectos mas sórdidos de su estrategia geopolítica, bendiciendo e inclusive
fomentando una potencial agresión militar de Venezuela a Colombia.
Ya
entonces el Presidente Alan García, recientemente re-electo en el Perú, declara que se esta tendiendo un cerco para
acorralar a Colombia. El presidente García mas adelante habría de convertirse
en uno de los protagonistas mas importantes e inclusive determinantes en la
dinámica geopolítica de la región al haber tomado decisiones y auspiciado
iniciativas que bien pueden determinar el bienestar y futuro geopolítico del
Perú y Colombia amen de todos los demás países Sudamericanos de la Cuenca del
Pacifico.
Al
Presidente Alan García se le puede acusar de muchas cosas e inclusive de tener
claros defectos de personalidad. Lo que no se puede decir del Sr. García sin
embargo es que sea un ignorante o siquiera un ingenuo en materia geopolítica.
Independientemente
de la opinión que se pueda tener del Sr. García como político y persona, lo
cierto es que desde el punto de vista geopolítico es muy probable que este pase
a la historia como el mas lucido geopolítico peruano y ciertamente como el
gestor del Perú moderno al haber creado un camino viable para que el país pueda
consolidar su vigencia y liderazgo futuro y mantenerse como una opción autónoma
e independiente geopolíticamente sin pertenecer al área de influencia de ningún
país.
En esa
época sin embargo la opción de un conflicto armado entre Venezuela y Colombia
era una opción particularmente favorable a los intereses Brasileros.
En un
conflicto armado entre Venezuela y Colombia, independientemente de quien
saliera vencedor, ambos países habrían terminado con su infraestructura,
economía y capacidad de producción destruidas y por tanto presa fácil de las
ambiciones geopolíticas brasileras y victimas de los intereses fenicios de las
transnacionales Brasileras.
Adicionalmente,
era muy probable que un enfrentamiento armado entre Venezuela y Colombia
hubiera significado la destrucción, por lo menos temporal, de la
infraestructura petrolera Venezolana con el consiguiente perjuicio a la
economía en Estados Unidos que es el principal importador del crudo Venezolano.
La
amenaza de esta confrontación militar y el silencio cómplice de Brasil fue cada
vez mayor y llego a su punto de máxima expresión en el 2009 cuando el
Presidente Alvaro Uribe de Colombia decide que un ataque de Venezuela a Colombia
era inminente o en su defecto que la injerencia de Venezuela, con la venia de
Brasil, en el conflicto armado interno de Colombia amenazaba existencialmente a
la democracia e integridad de Colombia.
El caso
es que en un acto de absoluto desprendimiento político y consciente de las
implicancias que ello planteaba a su prestigio personal, el 02 de Noviembre del
2009 el Presidente Alvaro Uribe decide firmar el denominado “Acuerdo
complementario para la Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad
entre los Gobiernos de la República de Colombia y de los Estados Unidos de
América”.
Con
ello el Presidente Uribe desmantelo el prepotente andamiaje geopolítico y
militar construido por Venezuela bajo los auspicios brasileros con el objetivo
de desestabilizar a Colombia.
En
realidad la decisión fue bastante simple y las opciones solamente dos:
1) No
hacer nada y prepararse para ser atacado por Venezuela con la destrucción que ello
implicaba para el país y la población de Colombia y terminar sometido al área
de influencia de Brasil.
2) Aceptar
voluntariamente incorporarse al área de influencia de los Estados Unidos por 10
anos (plazo del convenio) e introducir una variable que destruyera la
estrategia geopolítica de Brasil y lo que era mas importante, librara a
Colombia y a su pueblo de un sangriento e inútil conflicto militar.
La
decisión del Presidente Uribe fue acertada porque al final y al cabo los
presidentes son elegidos para trabajar por el bienestar de sus pueblos. Poco o nada interesa lo que piensan y/o la ideología
que profesan. Al final del día solo interesa que sus decisiones contribuyan a
generar un bienestar real en la población y en este caso, la paz significaba
bienestar y la guerra un gigantesco perjuicio.
Por
supuesto que la decisión tomada por el Presidente Uribe origino todo tipo de
criticas, censuras e inclusive insultos por todos aquellos movimientos
políticos y gobiernos afines al Foro de Sao Paulo. Resulta paradójico y penoso sin
embargo que precisamente aquellos que cumplen el papel de “Felipillos” jadeantes
en la traidora misión de someter a sus países y pueblos a la hegemonía
Brasilera se rasguen las vestiduras cuando un presidente no esta dispuesto a
que su pueblo sufra por la desmedida ambición imperialista de otro.
La decisión del Presidente Uribe también
modifico sustantivamente la dinámica geopolítica de la región ya que con ello
Estados Unidos despertó del letargo en el que se estaba sumida su política
exterior en Latinoamericana.
Estados
Unidos era consciente que su presencia en Colombia neutralizaba toda pretensión
Brasilera de asimilar a Colombia a su área de influencia. El claro segundo
objetivo de Brasil sin embargo era el Perú y por tanto era necesario
implementar inmediatamente una estrategia que neutralizara los esfuerzos de
Brasil por igualmente asimilar este país a su área de influencia. La estrategia
debía ser sin embargo muy solida tomando en cuenta la extensa frontera que
comparte el Perú con Brasil.
Por su
parte, Brasil, que tiene ambiciones geopolíticas grandes e insaciables pero no esta
dispuesto a pelear por ellas, trato por todos los medios diplomáticos de anular el acuerdo firmado por Colombia con
Estados Unidos, o por lo menos, de neutralizar los efectos del mismo y, con la
incondicional colaboración de sus aliados Venezolanos y Argentinos, fomento la
creación de UNASUR para neutralizar el ámbito de acción político de Estados
Unidos en la región y limitarlo a la desprestigiada OEA.
Es así
como la UNASUR se crea el 11 de Marzo del 20011 y a la fecha tiene por
pergamino el haberse convertido en una organización inútil, ineficaz, sin
principios y servil a los intereses ideológicos del Foro de Sao Paulo y las
ambiciones geopolíticas de Brasil.
La
eficacia de UNASUR en la consecución del objetivo que la inspirara ha sido
totalmente nula y por el contrario ha invitado a que Estados Unidos reaccione e
implemente una doble estrategia para neutralizar los intentos de Brasil para
capturar al Perú y proteger sus intereses en la región.
La
decisión del Presidente Uribe también determino una menor importancia de
Venezuela en el esquema de la estrategia geopolítica brasilera y por tanto la
intima colaboración que existía entre ambos países se ha transformado en el
franco saqueo de dicho país por parte de las empresas transnacionales
brasileras.
No se
vaya a pensar que esta es una actitud novedosa en el marco de la política
exterior brasilera. Brasil actuó con el mismo instinto depredador en Libia
cuando ese país estaba a punto de ser intervenido por fuerzas aliadas.
Insistimos,
Brasil no sabe pelear por principios y/o intereses estratégicos; nunca lo ha
hecho en su historia. La única guerra que ha debido enfrentar es contra
Paraguay y lo mas increíble es que podría haber perdido esa guerra de no ser
porque ese minúsculo país combatió simultáneamente con Brasil, Argentina y
Uruguay.
Basado
en los antecedentes de su política exterior no podemos menos que concluir que Brasil
solo sabe explotar a sus aliados, recuperar lo que se pueda cuando las cosas se
presentan adversas y fugar cuando las condiciones no le convienen.
EL ROL
GEOPOLITICO DEL PERU
La
diplomacia de Estados Unidos siempre ha adolecido de la fineza flemática de los
Ingleses. Los Ingleses son maestros en la administración de los tiempos cuando
de geopolítica se trata. Los Americanos por el contrario son mas emocionales y
tienen la tendencia a reaccionar apresuradamente. Algo así como un estilo
“Cowboy” en asuntos geopolíticos.
Sin
embargo, seria ingenuo subestimar la efectividad diplomática y geopolítica de
los Estados Unidos ya que este país compensa su estilo diplomático impetuoso
con la inmensa habilidad de movilizar y destinar recursos económicos, políticos
y militares masivos en forma muy rápida a la implementación de sus decisiones
estratégicas.
En el
caso de la alarma que causo en la Secretaria de Estado americana el burdo
manejo de la estrategia geopolítica brasilera y la manipulación de Venezuela
para someter a Colombia, Estados Unidos reacciono rápidamente implementando una
estrategia de corto plazo que neutralizara la política de expansión de Brasil.
Como
quiera que en el Perú las elecciones estaban próximas y existía incertidumbre
sobre quien asumiría la Presidencia, sobretodo tomando en cuenta que uno de los
candidatos representaba a un partido que estaba afiliado con el Foro de Sao
Paulo, Estados Unidos desarrolla y rápidamente implementa una estrategia
denominada de “Attrition” (agotamiento) en la región.
Esto es,
una estrategia que tiene por objetivo generar condiciones de permanente inestabilidad
política, económica y particularmente militar para impedir que se pueda implementar
y ciertamente para que no se pueda consolidar ninguna política de asimilación
geopolítica.
Para
ello Estados Unidos rápidamente negocia con un país que es el tradicional rival
del Perú y que tiene un marcado deseo de estrechar lazos estratégicos con los
Estados Unidos.
Rápidamente
Estados Unidos otorga la condición de cuasi-aliado a Chile y como tal favorece
el potenciamiento de su capacidad militar brindándole acceso a su tecnología.
Acceso a su tecnología militar que solo disfrutan sus mas cercanos aliados en
el mundo como son Israel, Arabia Saudita, Japón, Corea del Sur e Inglaterra.
Chile
adquiere así aviones F-16 americanos y suponemos todo tipo de armamento
complementario así como la actualización del tipo y potencia del armamento en
algunas de sus unidades navales y muy probablemente tanques.
Por
supuesto, con ello Chile también logra acceso a la información estratégica que
genera un sistema de comunicaciones y de inteligencia satelital que no tiene
igual en el mundo.
Chile
se constituye así en una fuerza militar, con apoyo tecnológico, logístico y
estratégico de la mayor potencia militar del mundo, capaz de generar una
permanente y constante inestabilidad política, económica y militar en el Perú que
para todo efecto practico hace de este un candidato no solo imposible de
asimilar sino indeseable geopolíticamente.
Una
estrategia en la que Estados Unidos tiene gran experiencia adquirida a través
del manejo geopolítico que realiza en el Medio Oriente conjuntamente con su
aliado estratégico Israel.
Ya el
presidente Alan García había intuido la posibilidad de una situación
geopolítica tremendamente adversa para el Perú como la antes descrita y las
consecuencias que ello podría traer para el país en el mediano y largo plazo.
El
Presidente García también desde muy temprano en su gobierno llega a la
conclusión de que la única forma de sacar al Perú de la disyuntiva geopolítica
en la que se encuentra es atraer a Chile para que se convierta en socio del
Perú en lugar de su rival.
Para
intentar una estrategia de este tipo sin embargo era indispensable poner fin a
los reclamos pendientes que por mas de 100 anos mantienen ambos países y como
quiera que en ese momento la Presidenta de Chile militaba en un partido
político afiliado al Foro de Sao Paulo, la mejor forma de hacer esto era
someter el diferendo a la Corte Internacional de la Haya y eso es precisamente
lo que hace.
En el
ínterin, se produce un cambio de gobierno en Chile y es un candidato
conservador y empresario quien asume la Presidencia de Chile. Esto facilita la
gestión del Presidente García que rápidamente convence al Presidente de Chile
para construir juntos la sociedad entre el Perú y Chile.
Siendo
empresario, el Presidente de Chile internaliza rápidamente el potencial
económico de una alianza estratégica de este tipo con el Perú y las
posibilidades reales que esto representaría para que ambos países puedan
mantener una autonomía e independencia geopolítica.
El
Presidente García entiende que si bien el potencial económico de una sociedad
con Chile era tentador no era suficiente para asegurar la autonomía e
independencia geopolítica de ambos países y ciertamente no era suficiente para disuadir
a Brasil en sus ambiciones geopolíticas y/o disuadir a Estados Unidos de
implementar estrategias para neutralizar los esfuerzos geopolíticos brasileros
con las consecuencias que ello podía traer a los países atrapados en esa pugna.
En esas
condiciones el Presidente García plantea una propuesta que parecía a todas
luces descabellada pero que ciertamente tenia un potencial económico
extraordinario y lo que era mas importante, la posibilidad de crear las
condiciones para asegurar la autonomía e independencia geopolítica de los
países participantes; esta visionaria propuesta se denomino la “Alianza del
Pacifico”.
La
propuesta de la alianza del Pacifico se dio a conocer en Lima, Perú el 28 de
abril del 2011 a través de la Declaración de Lima. El proyecto fue una
iniciativa del entonces presidente del Perú, Alan García Pérez, quien extendió
invitación a sus homólogos de Chile, Colombia, México y Panamá, con el
propósito de “profundizar la integración entre estas economías y definir
acciones conjuntas para la vinculación comercial con Asia Pacífico, sobre la
base de los acuerdos comerciales bilaterales existentes entre los Estados
parte”. Panamá ha ingresado a esta Alianza en calidad de observador.
Según
la Declaración de Lima, la intención de esta alianza es “alentar la integración
regional, así como un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad” de las
economías de sus países, a la vez que se comprometieron a “avanzar
progresivamente hacia el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios,
capitales y personas”.
La
Alianza del Pacífico actualmente es la sexta economía en el mundo por PIB PPA.
Durante el encuentro presidencial en que se suscribió la Declaración de Lima,
el entonces presidente de Perú sostuvo que “nuestros cuatro países, y en el
futuro próximo Panamá, representamos 200 millones de habitantes […] Nuestros
países representan el 55 % de las exportaciones latinoamericanas […] Esta
no es una integración romántica, una integración poética, es una integración
realista ante el mundo y hacia el mundo”.
Entre
los acuerdos para integrar la Alianza del Pacífico, se establece como requisito
esencial la vigencia del Estado de Derecho, de la democracia y del orden
constitucional, requisito que fue aprobado.
Las
cuatro naciones de la Alianza del Pacífico reúnen el 40 % del PIB de
Latinoamérica y si se sumara toda su producción y se les contara como un solo
país, serían la sexta economía del planeta.
Los dos
únicos países latinoamericanos miembros de la OCDE, Chile y México, forman
parte de la Alianza del Pacífico; y un tercer miembro, Colombia, ha solicitado
formalmente su ingreso a dicha organización.
Según
información de la Organización Mundial del Comercio (OMC), los países que
conforman la Alianza del Pacífico exportaron en conjunto cerca de USD 445
mil millones en 2010, esto es casi 60 % más que las exportaciones del
Mercosur en el mismo año.
La
Alianza del Pacifico es ciertamente una extraordinaria oportunidad para que los
países miembros se constituyan en un acuerdo de integración eficiente basado en
principios económicos, comerciales y técnicos en lugar de políticos que puede
adicionalmente brindar a los países participantes una masa critica suficiente
para constituirse en la tercera potencia Latinoamericana.
Por
supuesto esto implicaría igualmente que la estrategia geopolítica de Brasil
tendría que ser revisada ya que La Alianza del Pacifico también va a tener
vocación de crecimiento y es probable que lo haga mediante una estrategia para
asimilar a algunos de los países incorporados al área de influencia de Brasil.
Como
era de esperarse la reacción de los afiliados al Foro de Sao Paulo y los
políticos serviles a las ambiciones expansionistas de Brasil no se hizo
esperar.
El
presidente de Bolivia Evo Morales dijo en el Foro de São Paulo en 2013, que la
Alianza del Pacífico era un esquema geopolítico de los Estados Unidos para
oponerse a los gobiernos progresistas e izquierdistas de Brasil, Argentina,
Uruguay, Bolivia, Venezuela y Ecuador, y que estos gobiernos veían la Alianza
como un organismo creado como contrapeso del Mercosur. Morales alegó también
que uno de los principales objetivos de la Alianza es la privatización de los
recursos naturales como el agua y la energía.
Marco
Aurelio García, asesor para asuntos internacionales del gobierno de Brasil,
declaró a la Alianza como "irrelevante" y el ex presidente de Brasil,
Luiz Inácio Lula da Silva, declaró que la Alianza estaba tratando de traer de
vuelta el Consenso de Washington en América del Sur.
En la
última reunión del Foro de São Paulo, la Alianza fue definida como "un
enfoque intervencionista, oportunista y anti-izquierdista para atacar la
soberanía de las naciones de América del Sur".
La
desfachatez de estas declaraciones solo es comparable con la extraordinaria
promesa futura que ofrece la “Alianza del Pacifico” a sus participantes.
Simultáneamente
a estos acontecimientos, Estados Unidos implementa un plan “B” que consistió en
acercarse al candidato presidencial peruano afiliado al Foro de Sao Paulo para
brindarle colaboración y asistencia.
Como
parte de esa estrategia se aprueba en el congreso americano el tratado de libre
comercio entre el Perú y Estados Unidos. Un tratado similar es suscrito
eventualmente por Estados Unidos con Colombia.
Esta
estrategia de acercamiento ha dado unos resultados inesperados y no obstante
que el candidato afiliado al Foro de Sao Paulo resulto el presidente electo del
Perú en el ano 2011, los lazos de colaboración entre el Perú y los Estados
Unidos nunca antes han sido mas estrechos y han adquirido una dimensión excepcional
alejando la necesidad de que Estados Unidos insista en su estrategia de
agotamiento (“Attrition”) para combatir las ambiciones geopolíticas de Brasil.
Por lo
demás, el presidente del Perú ha mantenido el compromiso de este país para con
los demás miembros de la Alianza del Pacifico e inclusive enriquecido y
estrechado los lazos con estos.
Es
claro que en el futuro cercano, la prioridad geopolítica de Brasil va a ser
sabotear y de ser posible destruir la “Alianza del Pacifico”. Va a ser difícil
sin embargo que esta estrategia geopolítica tenga éxito pero no podemos
subestimar este peligro toda vez que en el 2014 la candidata de un partido
afiliado con el Foro de Sao Paulo va
asumir la Presidencia de Chile.
Chile
es uno de los países fundadores de la Alianza del Pacifico pero su futura
presidenta ya ha insinuado su inclinación a priorizar las relaciones con el
Mercosur en lugar de la Alianza del Pacifico. Si así fuera, Chile básicamente
estaría adoptando la política de sabotear la Alianza del Pacifico, manifestando
su consecuencia con el Foro de Sao Paulo y lo que es mas grave, cometiendo un
error estratégico al no darse cuenta que a los Estados Unidos le conviene que
la “Alianza del Pacifico” sea exitosa porque crea un interlocutor regional
solvente y fiable en lugar de múltiples y volubles interlocutores individuales.
Conviene
mencionar que la amistad personal de la nueva presidente chilena con la candidata
favorita a ocupar la presidencia de los Estados Unidos en el 2016 puede hacerla
pensar equivocadamente que Chile estaría mejor manteniendo sus lazos con el
Foro de Sao Paulo y cumpliendo el papel de fuerza desestabilizadora en el Perú
en lugar de participando activamente en la “Alianza del Pacifico”.
Después
de todo, es probable que dada su dimensión territorial y económica la
participación de ese país en la Alianza del Pacifico sea muy beneficiosa
económicamente para los empresarios y la economía Chilenos pero su influencia
política sea menor que aquella a la que aspiran los políticos y autoridades de
dicho país.
A esto
hay que sumar lo que es una realidad; “armonía” y “optimismo” no son
precisamente las palabras con las que se puede definir la relación de Chile con
el Perú y “solidaridad” no es tampoco una palabra que describa a cabalidad la
política exterior chilena.
En el
caso del Perú igualmente, “confianza” y “simpatía” no son palabras adecuadas
para definir nuestra relación con Chile y “solvencia” tampoco es una palabra
apropiada para describir nuestra política exterior hacia dicho país.
La
relación futura entre ambos países será pues “un gusto adquirido” tanto para
políticos, militares y empresarios como para los pueblos de ambos países. Un
gusto adquirido sin embargo, que puede terminar sustentando el bienestar y la
independencia futura de ambos países.
En este
entorno, solo queda por averiguar cual será la posición del movimiento
Nacionalista en el Perú; defenderá el abrumador legado ancestral de liderazgo y
orgulloso protagonismo cultural, económico y político de nuestros antepasados
o, sucumbirá servilmente al canto ideológico, la influencia y la voracidad
geopolítica de un nuevo Conquistador.
Los
siguientes países están siendo
gobernados por líderes/partidos afiliados al Foro de São Paulo
gobernados por líderes/partidos afiliados al Foro de São Paulo
En el
Gobierno
- Bolivia: Evo Morales (Movimiento al Socialismo)
- Brasil: Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores)
- Chile: Michelle Bachelet (Partido Socialista de Chile
- Chile: Michelle Bachelet (Partido Socialista de Chile
- Cuba:
Raúl Castro (Partido Comunista de Cuba)
- Dominica: Roosevelt Skerrit (Partido Laborista de Dominica)
- Ecuador: Rafael Correa (Alianza PAIS)
- El
Salvador: Mauricio Funes (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional)
- Nicaragua: Daniel Ortega (Frente Sandinista de Liberación Nacional)
- Perú:
Ollanta Humala (Partido Nacionalista Peruano)
- República
Dominicana: Danilo Medina (Partido de la Liberación Dominicana)
- Uruguay: José Mujica (Frente Amplio)
- Venezuela: Nicolás Maduro (Partido Socialista Unido de Venezuela)
Los
siguientes países tienen partidos opositores en el
parlamento que estan afiliados al Foro de São Paulo
parlamento que estan afiliados al Foro de São Paulo
Como
principal oposición
- Argentina: Frente Amplio Progresista tiene representación en el Foro a través del
Movimiento Libres del Sur y el Partido Socialista.
- Colombia: Polo Democrático Alternativo
- Costa
Rica: Partido Acción Ciudadana
- México: Partido de la Revolución Democrática
Los
siguientes partidos de centro izquierda, no estan afiliados
pero mantienen buenas relacionaes con el Foro de Sao Paulo
pero mantienen buenas relacionaes con el Foro de Sao Paulo
Gobiernos
aliados a políticas del Foro
- Argentina: El Frente para la Victoria bajo la presidencia de Cristina Fernández de
Kirchner tiene dentro de su estructura y como aliados políticos a partidos que
participan del Foro, como el Frente Grande, Frente Transversal Nacional y
Popular, Partido Comunista – Congreso Extraordinario, Partido Humanista y el
Partido Intransigente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario