Acabo de leer un excelente articulo publicado por el Dr.
Steven Levitsky en el Diario La República titulado "Cuando la Democracia atenta contra la Democracia" que sinceramente recomiendo.
Yo no soy necesariamente un fanático del Dr. Levitsky con
quien tengo algunas serias discrepancias conceptuales pero el articulo
mencionado es realmente elocuente e interesante.
Aquí mis comentarios al respecto:
La falta de cultura democrática es pasmosa. Solo basta citar
que reconocemos a las minorías en el parlamento como las fuerzas de
"oposición". Como si fuera democrático constituirse en opositor de un
gobierno elegido democráticamente.
Somos una "democracia republicana y
constitucional" que elige representantes para gobernar por nosotros y no
una "democracia popular", sistema favorito y predilecto de todo tipo
de caudillos, déspotas y sátrapas totalitarios a lo largo de la historia.
El fundamento de las democracias republicanas es la
protección de la libertad y derechos individuales de las personas. Libertades y derechos que se
encuentran sancionados en un documento que denominamos Constitución. Libertad y
derechos que no pueden ser recortados y/o limitados aunque una
inmensa mayoría vote en contra de ellos. La democracia en si no es un objetivo
sino simplemente un instrumento, precario, imperfecto y hasta violento pero el
mejor sistema que conocemos para proteger la libertad individual y los
derechos de los individuos.
Si queremos ser imparciales, tenemos que aceptar que la
primera pregunta que surge de esta explicación es; ¿porque elegir
representantes para legislar si el pueblo lo puede hacer votando directamente?
Para contestar a esta pregunta conviene citar la opinión de
uno de los constituyentes de la Constitución de los Estados Unidos según consta
en el archivo de debates de dicha constitución (Papeles Federalistas No 63) y
que provee una respuesta enfática a esta interrogante.
...“ Hay momentos particulares en el quehacer público cuando
el pueblo, estimulado por alguna pasión irregular, o algún beneficio ilícito, o
influenciado por la hábil manipulación de hombres interesados, puede exigir
medidas que mas adelante el mismo pueblo habrá de lamentar y condenar. En esos
momentos críticos, que saludable seria la intervención de un grupo temperado y
respetable de ciudadanos, que conjure esa carrera desquiciada y que
impida el daño que el pueblo hubiera decidido infligirse a si mismo, hasta que
la razón, justicia y la verdad vuelva a recuperar autoridad en la mente
popular”...
La gente tiende a creer que la democracia es solo elecciones
y que votar por tal o cual medida le da validez moral a dicha medida. Eso no es
verdad.
Las elecciones, que es la característica mas
conocida de la democracia, no garantizan una sociedad libre y justa. Es mas,
las elecciones, sin principios e instituciones democráticas solidas y
permanentes, pueden perpetuar un sistema de gobierno abusivo, tiránico,
dictatorial y totalitario sin justicia y sin respeto a los derechos
individuales.
La libertad por lo demás tampoco es una verdad absoluta. Al
respecto vale la pena meditar sobre las palabras de Edmund Burke, pensador
político y filosofo Irlandés … “Pero; ¿que es la libertad sin sabiduría y sin
virtud? Es el mas grande de todos los males posibles; porque es necedad, vicio
y locura sin obligación ni control.”
Si la gente no esta contenta con la Señora Susana Villarán
lo que deben hacer es un mea culpa y revocarse a si mismos porque son
precisamente los votantes los que se equivocaron al elegirla. La señora no ha
violado ninguna ley ni cometido abuso de autoridad alguno y por tanto los
ciudadanos debemos aceptar las consecuencias de nuestra elección.
El poder de revocatoria no fue incluido en la constitución
para satisfacer apetitos y/o engreimientos personales sino para protegernos del
abuso del poder.
El gobierno municipal de la Sra. Villarán pasara a la historia como
bueno, regular o malo según quien opine pero ciertamente será considerada una
gestión respetuosa del orden democrático.
Preocupémonos mas bien de quienes desean subvertir el orden
y la impostura democráticos abusando del sistema y utilizando la democracia y
la libertad que esta garantiza para sabotear a la misma promocionando y
auspiciando infelices y exageradas iniciativas que lindan con la
"oclocracia"; la corrupción del sistema democrático o el gobierno por
tumulto, disfrazado de iniciativa popular electoral.
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